Voleibolistas entrenan con precariedad a pesar de ser un buen negocio para sus directivos…
Las victoriosas jugadoras dominicanas.



Voleibolistas de RD, un negocio privado



La destacada participación de la selección femenina de voleibol en cada torneo internacional eleva el patriotismo de los dominicanos. Pero fuera de la algarabía en la cancha, en el voleibol se teje una malla de fortuna, decepciones, alegrías y escándalos. Ramón Alexis García lleva dos décadas presidiendo la Fedovoli y cuenta sin rubor su “buena vida”, mientras las atletas tienen que practicar en condiciones precarias. La federación tiene también un equipo masculino, pero los hombres no han encontrado un mecenas como Cristóbal Marte que los maneje como un fundo particular. Ver PDF Ver infografía

Voleibolistas entrenan con precariedad a pesar de ser un buen negocio para sus directivos


¡Vaya sorpresa! Las chicas de la selección femenina de voleibol no entrenan en su renovado pabellón, en el cual el Gobierno invirtió RD$65 millones el año pasado. Para encontrarlas, hay que buscarlas en la desfasada cancha de calentamiento.
Eran los primeros días de septiembre. Las chicas recién retornaban al país luego de haber participado en Grand Prix Internacional en Taipei, China, en el cual, a pesar de que no llegaron a las finales, alcanzaron un récord importante de seis victorias (con tres derrotas) en un evento de esa magnitud.  El récord de 2008 había sido de cuatro victorias.
Las muchachas están felices, pero no se detienen a celebrar los éxitos obtenidos en el gran premio mundial. Retornaron con las zapatillas deportivas puestas para entrenar, porque en apenas unos días debían partir hacia Nebraska para participar en el Campeonato Continental Norceca (Confederación de Norteamérica, Centroamérica y el Caribe de Voleibol).
La selección nacional está en su mejor momento. Ocupa el octavo lugar en el ranquin mundial que establece la Federación Internacional del Voleibol. Su historial reseña trofeos de oro obtenidos en la Copa Panamericana (2008), Campeonato Continental Norceca (2010), Juegos Panamericanos (2003) y los juegos centroamericanos y del Caribe (1946, 1962, 2002 y 2006). Además, una veintena de preseas que premian su destacada labor en otros niveles.
La jornada de entrenamiento empieza a las 9:00 de la mañana. Jugadoras y entrenadores llegan casi al mismo tiempo. Brenda Castillo se presenta con retraso, pero de inmediato se integra a la fila para el ejercicio de pegarle al balón.
Las muchachas ataviadas de rodilleras y cortísimos pantalones intentan concentrarse en la práctica con gran esfuerzo. En el pabellón de calentamiento también funciona la cancha de la selección masculina, por lo que se pasan los balones de un lado a otro. Además, cuenta con un público itinerante, ya que al ser un pabellón abierto la gente entra, sale y hace ruido a su antojo.
Las victoriosas jugadoras dominicanas.
Las victoriosas jugadoras dominicanas.
Incomoda el olor a pintura que invade la cancha desde que hace días tres hombres pintan las instalaciones por órdenes del Ministerio de Deportes y Recreación (Miderec). “Estamos a unos diez días de un Continental Norceca y no estamos entrenando en el pabellón de voleibol. No sé. Yo hago la solicitud, me dicen que el pabellón está alquilado, siempre tiene algo. Son cosas que…  Bueno…”, decía el entrenador brasileño Marcos Kwiek en los calentamientos previos a la competencia.El pabellón de voleibol tiene un calendario de eventos como graduaciones, ferias de belleza, campañas religiosas, conciertos y actividades culturales que interrumpe las prácticas de la selección. Otro inconveniente es que a la cancha entra mucha luz natural que dificulta a las atletas ver el balón; también, la ventilación es deficiente, lo que provoca que se sienta un calor sofocante.
“No tenemos una sala de pesas para nosotros, tenemos el apoyo del gimnasio Body Health, que es privado”, señala Kwiek.
Al mediodía, es tiempo de descanso para las chicas, que se retiran sudadas y exhaustas a sus hogares porque en el pabellón no tienen espacios para ducharse o para usar un sanitario limpio. “Aquí no hay un baño decente. Tienes que pedirle una llave a una secretaria para que te deje entrar a un baño privado”, expresa Niverka Marte, quien se desempeña como acomodadora en la selección nacional.
Esos inconvenientes atizan las críticas contra la directiva de la Federación Dominicana de Voleibol (Fedovoli) que preside Ramón Alexis García, de quien distintas voces aseguran que siempre busca la forma de imponerse en la administración de esa entidad.
A García se le critica que quiere mantener un monopolio en la federación, un señalamiento que encuentra apoyo en la realidad, pues ya lleva 20 años presidiendo esa entidad deportiva, a pesar de que en cada contienda electoral se presentan varias planchas.
Las atletas activas evitan opinar, al igual que técnicos ligados a esta disciplina, pero dejan ver de manera sutil su inconformidad con la administración enumerando las deficiencias con las que tienen que desenvolverse. Quienes están ya retirados de esos afanes hablan del tema con reserva.
Diseñadores extranjeros y personas importantes ligadas al modelaje intentaron conquistar a Annerys Vargas para que desfilara por pasarelas. “Vinieron unos europeos a buscarme pero yo nunca me interesé”.
Cosiris Rodríguez, exmiembro de la selección nacional, habla sin rodeos: “Cuando él (Ramón Alexis García) quiere ganar los lleva (a los delegados) a un resort. Maravilla a toda esa gente que nunca ha ido a un hotel”, dice.
Milagros Cabral, exjugadora que se destacó como capitana del equipo nacional, cree que en lo administrativo debe haber cambios porque “quizás hay otras personas con pensamientos positivos para la selección”.
“A mí no me gusta la administración de la federación porque a veces no lo veo bien. No es la federación esa que se empeña en que esas atletas tengan lo mejor, no lo es”, dice, y  se apresura a expresar que no quiere abundar sobre el tema.
“Si hay otros que tienen ese pensamiento positivo, que pueden poner ese granito de arena… Si ellos no pueden hacerlo, hay otros que quizás lo pueden hacer y deben de darle ese espacio”, concluye Cabral.
De las 37 federaciones deportivas que subvenciona el Estado, solo ocho reciben una cuota de RD$1,200,000, entre ellas la de voleibol.  Cuatro reciben un monto de RD$1,100,000, mientras que el resto percibe entre RD$250,000 y RD$900,000 mensuales.
Ramón Alexis García, presidente de Fedovoli.
Ramón Alexis García, presidente de Fedovoli.
Las razones de García. Ramón Alexis García se percibe como una persona cercana, de trato afable y conversación franca. Se muestra abierto a contestar. De entrada, sin nadie cuestionarlo, empieza a detallar sus años presidiendo la Fedovoli: “Ya tengo 20 años en esto. Cinco periodos, electo las cinco veces por unanimidad, una dictadura con apoyo popular. En las últimas elecciones, hace seis meses, hubo tres aspirantes. Uno que sacó un voto, otros dos y yo 31 votos”.Explica que la Fedovoli tiene 160 delegados –uno en cada municipio– que se reúnen en tiempo de elecciones para escoger los dos delegados por provincia que sufragan.
García tiene a su cargo supervisar a todas las delegaciones nacionales y tener presencia en más de 70 países en los que participa la selección nacional. “Mi vida es una carretera y un avión. Esto no es vida. Yo no tengo vida. Pero, decidí esto porque me gusta el trabajo”, afirma.
Toda su familia vive en Estados Unidos, país del que incluso él es ciudadano. Dice que visita a los suyos cada dos o tres meses y que cuando no puede ir los manda a buscar.
¿Por qué le gusta ese trabajo? Él contesta con seriedad: “Primero, crea una imagen; yo lo que digo o dejo de decir es noticia. Estoy en la televisión y en los periódicos cuando quiero. Estoy en los mejores hoteles del mundo, como la mejor comida del mundo, viajo a donde quiera. He viajado a 71 países. Tengo ya nueve pasaportes llenos, son cosas para el ego”.
Habla de sus viajes a lugares tan lejanos como Dubai, a donde visitó un edificio tan alto que está por encima de las nubes. En ese lugar una habitación sencilla cuesta 2,500 dólares y “posee el único hotel siete estrellas del mundo, en el que una noche cuesta 20,000 dólares”, agrega.
Cuenta que en las elecciones pasadas les pidió a los delegados que le “permitieran” un descanso para irse a Nueva York con su familia y a supervisar unos negocios, pero ellos “no quisieron”.
“A mí me gustaría ser como Milagros Cabral. Me gusta como ella jugaba, ella es guerrera, luchadora”, dice Yoncaira Peña. Cuenta que su mamá le prepara siempre el desayuno y la comida: “Me prepara algo suave, un mangucito o un puré de papa con queso porque yo casi no como arroz”.
“A mí me gustaría ser como Milagros Cabral. Me gusta como ella jugaba, ella es guerrera, luchadora”, dice Yoncaira Peña. Cuenta que su mamá le prepara siempre el desayuno y la comida: “Me prepara algo suave, un mangucito o un puré de papa con queso porque yo casi no como arroz”.
Detalla que en Estados Unidos tiene bajo la administración de sus hijos una compañía de taxis, una bodega, un salón de belleza y es socio de un restaurante de mariscos. “Aquí se come bien, todo bien. Tengo dos choferes, dos guardias, tengo siete secretarias, ¿Tú me entiendes? Eso es bueno. Y una tarjeta que, yo, por ejemplo, como carne hoy. Si es gasolina, me llenan el tanque. O sea, a cualquiera le gusta el carguito, independientemente del ajetreo”, sostiene.
Pero la abundancia de la que García alardea no llega a los atletas bajo su tutela. Mientras él “come bien, todo bien”, los atletas dividen un plato para dos. “Yo quisiera que tú vieras lo que esos muchachos comen, que no es lo propio de un atleta. Una vez pasaron quince días comiendo batata. Era lo que había”, dice el propio García.
Tanta sinceridad desconcierta, pero García continúa sin reparos: “El alojamiento no es muy bueno; una comida que no es buena, un agua mala. Yo tengo ahora 210 atletas que viven ahí (en el pabellón de voleibol) y yo ni siquiera me atrevo a enseñarte cómo viven, no me atrevo porque está feo”.
En cuanto a la deplorable situación en que se encuentran los baños, explica que cuenta con 13 mujeres de limpieza, que tienen la tarea de asear 24 baños y 5,400 butacas que tiene la cancha. “También están los pasillos, las oficinas, por afuera, entre otros asuntos de limpieza. Ellas ganan mensualmente 3,800 pesos. Yo les exijo, ellas hacen lo que pueden”, dice.
García se encontraba revisando la abultada nómina de la Fedovoli, porque el ministro de Deportes, Jaime David Fernández Mirabal ordenó que se cancelara a todo el que está de más. De las irregularidades de la nómina, comenta el caso de una señora a la que nunca había visto laborar en la entidad y que, sin embargo, devengaba un salario de RD$30,000.
¿No es la Fedovoli la que contrata a sus empleados?, se le pregunta. “A esa la encontré yo aquí”, argumenta.
Afirma que como presidente no devenga un salario por presidir la Federación, sino que le dan viáticos por cada viaje. Recibe beneficios colaterales, como un sueldo por el Miderec y como oficial de la Fuerza Aérea Dominicana (FAD).
“Si voy a México me dan 150 dólares por día; si duro diez días son 1,500 dólares que yo intento ahorrar lo más posible”, dice. Un esfuerzo nada difícil considerando que también se le paga alojamiento y alimentación.
La emoción de jugar. La segunda jornada de prácticas del día empieza a las 3:00 de la tarde. Las muchachas se reintegran a la cancha con el mismo entusiasmo de la mañana. “¡Sigue, sigue!”, grita el entrenador Kwiek a una de las chicas. El chillido que produce la goma de las zapatillas de las atletas al rozar el piso y el sonido de los balones al pegarles, hacen el ambiente del lugar.
Niverka da unas vueltas, hace maromas tras “salvar” un balón. Yonkaira Peña, atacadora, se ha separado de la cancha para beber agua; a Annerys Vargas, bloqueadora y servidora, se le ve sudorosa.
“Ayuda a la acomodadora, no a la líbero. ¿Cuántas veces más voy a decir eso? ¡Por Dios!”, grita Kwiek, quien parece enojado, pero no lo está. Ordena con suavidad y con firmeza. Si ganan en Nebraska, las chicas podrán clasificar para la copa de campeona mundial que se celebrará en Japón este mes. Los dos asistentes del entrenador, también de nacionalidad brasileña, no pronuncian ni una palabra.
Niverka  Marte estudiaba administración de empresas en la PUCMM, pero desertó porque los maestros la pusieron a elegir entre la universidad y el voleibol. “Si yo llegaba cinco minutos tarde me ponían ausente y eso que llevaba carta que avalaba que era selección nacional de voleibol”.
Niverka Marte estudiaba administración de empresas en la PUCMM, pero desertó porque los maestros la pusieron a elegir entre la universidad y el voleibol. “Si yo llegaba cinco minutos tarde me ponían ausente y eso que llevaba carta que avalaba que era selección nacional de voleibol”.
Annerys Vargas, la estelar centro-opuesta, es la de mayor data dentro de la selección; pertenece a la generación que obtuvo oro por su brillante actuación en los memorables Juegos Panamericanos de 2003, celebrados en Santo Domingo.
Antes de practicar voleibol, jugaba baloncesto. “Siempre uno tiene contratiempos para llegar; uno lo que tiene es que tener su cabeza fría y seguir siempre adelante, no importarle los obstáculos, siempre prepararse para la meta”, comenta.
Dice que lo más difícil ha sido estar alejada de su familia por los constantes viajes que tiene que hacer. Por dedicarle tanto tiempo al voleibol, terminó su matrimonio y se perdió de momentos importantes de su familia. Considera que es muy pobre la ayuda que los atletas reciben del Estado. “Yo soy de la selección nacional pero si personalmente no me esfuerzo, no llego a tener nada. Solo que pones el país en alto, pero económicamente no nos dan nada; ya uno gana dinero cuando sale a reforzar a otro país”, explica.
Las atletas, dependiendo de su calidad, reciben del Programa para Atletas de Alto Rendimiento, Nuevos Valores e Inmortales (PARNI) un pago que oscila entre RD$5,000 y RD$10,000 y algunas cobran un salario como asimiladas en algún cuerpo de las Fuerzas Armadas.
Pero cuando se trata de las chicas de la selección nacional, además de ese pago reciben un salario de RD$10,000 por parte del Proyecto de Selecciones Nacionales que dirige Cristóbal Marte. Y por contratos para desempeñarse como refuerzo de equipos extranjeros pueden cobrar hasta medio millón de dólares por temporada, dependiendo del equipo y la trayectoria de la jugadora.
Las muchachas son muy discretas al hablar sobre el dinero que ganan. Evaden el tema. Sin embargo, es fácil darse cuenta de que a las profesionales que refuerzan en otros países no les va nada mal, pues exhiben vehículos costosísimos y viven con comodidades.
Como a Milagros Cabral le gustaba el estilismo y el modelaje, su mamá le compró una máquina de coser. Era acomplejada con su tamaño: “Yo era la más alta del barrio, me creía un fenómeno, e incluso adoptaba una posición con las piernas para verme más pequeña, hasta que llegué al voleibol”.
Como a Milagros Cabral le gustaba el estilismo y el modelaje, su mamá le compró una máquina de coser. Era acomplejada con su tamaño: “Yo era la más alta del barrio, me creía un fenómeno, e incluso adoptaba una posición con las piernas para verme más pequeña, hasta que llegué al voleibol”.
Para las jugadoras que tienen hijos es muy duro mantenerse como profesionales en el deporte. Milagros Cabral cuenta que vio a muchas madres llorar porque debían viajar y dejaban a sus hijos con fiebre. “Vi a una chica llorar porque al despedirse de su niño en el aeropuerto, el pequeño le preguntaba a su abuela que quién era ella”, comenta.
Se dan relaciones sentimentales entre atletas con entrenadores, médicos y técnicos del equipo, pero eso no incide al momento de escoger una jugadora, “la que es buena es buena y se le da su puesto”, asegura una voleibolista.
Pilares. Las jugadoras veteranas mencionan a tres personas cuando se trata de señalar quiénes son los impulsores del voleibol en el país: Ricardo Arias (Gioribel), Giovanni Sibilia Sánchez (Mayo) y Jorge Ramón Pérez Vento. “Más que entrenadores fueron como padres para nosotras”, expresa Cosiris Rodríguez, ex-selección nacional que se destacó como atacadora.
La nueva generación tiene a su propio “Padre del Voleibol”, el presidente del Proyecto de Selecciones Nacionales, Cristóbal Marte Hoffiz.
Concertar una entrevista con Marte Hoffiz resultó imposible durante dos meses. Prácticamente, vive en Suiza por su papel como primer vicepresidente ejecutivo de la Federación Internacional de Voleibol (FIVB). Además,  habla con la prensa cuando quiere y dice lo que quiere.
Cristóbal Marte, quien fungió como ministro de Deportes en 1992, es el cielo de donde cae el maná que sostiene a la selección femenina del voleibol. Rico de cuna y propietario de prósperas empresas, provee de todo lo que necesitan las atletas, “de manera desinteresada, sólo porque es un enamorado del voleibol”, según García.
“Ese señor es loco con el voleibol, él dice que mucha gente disfruta un yate; el yate de él es el voleibol. Hay otros que disfrutan un crucero; el crucero de él es el voleibol… ¿Qué consigue? Satisfacción, alegría, triunfo, lágrimas; muchas veces llora, pero él dice que disfruta con eso”, indica García.
Brenda Castillo entró al voleibol siguiendo los pasos de sus hermanas Alfonsina y Vanessa. “Me decían que era pequeña, pero como me movía bien y defendía se interesaron en mí. Cuando uno tiene una meta de llegar a ser alguien en la vida, no encuentra que hay obstáculo, va luchando hasta lograr el objetivo”.
Brenda Castillo entró al voleibol siguiendo los pasos de sus hermanas Alfonsina y Vanessa. “Me decían que era pequeña, pero como me movía bien y defendía se interesaron en mí. Cuando uno tiene una meta de llegar a ser alguien en la vida, no encuentra que hay obstáculo, va luchando hasta lograr el objetivo”.
Afirma que la Fedovoli tiene un presupuesto de RD$46 millones al año, de lo que sólo 14 millones los aporta el Estado. La gran parte la deposita Marte y el resto se obtiene de lo que la Fedovoli recauda por concepto de transferencia de jugadoras y de patrocinadores.
“Hasta mayo, Cristóbal había aportado más de 16 millones de pesos, según nuestro informe financiero”, afirma.
Pero jugadoras retiradas y activas ponen en duda las palabras de García. Una chica ex miembro de la selección nacional que prefiere no ser identificada asegura que Marte se lleva su buen tajo del negocio. “Cristóbal te puede ‘vender’ por 200 mil dólares y te dice que a ti que te vas a ganar 120 mil  dólares. Él tiene que ganar, porque él invierte dinero. Yo no lo veo mal porque él es el que vende a las jugadoras; sino es por él las jugadoras no se venden. Él es un tipo político y sabe vender a las jugadoras. El tipo sabe de negocios”, apunta.
“Yo sé lo que valgo. Él pide más y se queda con lo que consiga, pero a mí me da mi dinero. No hay una dominicana que no cobre sus cuartos porque él lo mete a la cárcel. Cristóbal es representante, abogado y todo”, asegura una jugadora.
Se termina una jornada de entrenamiento. Son las 7:00 de la noche, tiempo para que las muchachas descansen para retomar mañana la faena. •

Recursos

La cancha en donde deberían entrenar las jugadoras para los torneos internacional es utilizada para diversos eventos.
La cancha en donde deberían entrenar las jugadoras para los torneos internacional es utilizada para diversos eventos. Esto las obligas a practicar un espacio caluroso e inadecuado.
Al elaborar su presupuesto para 2014 la Fedovoli contempló un gasto de RD$63,385,000, un aumento de 17 millones respecto a este año. De esa partida, destinará RD$22.2 millones a 13 torneos internacionales del voleibol y RD$21.2 millones a actividades nacionales. Tiene previsto RD$9.2 millones para 17 eventos internacionales del voleibol de playa  y RD$7.9 para utilerías deportivas.
La partida para gastos generales y administrativos asciende a RD$2.8 millones, de los que RD$950,000 se destinarán a la compensación del personal administrativo, RD$600,000 a combustible y lubricantes y RD$400,000 para pagar las facturas de teléfono e Internet.
El Estado aporta partidas extraordinarias para cubrir algunos de los eventos internacionales, a cada uno de los cuales viaja una delegación de al menos 20 personas. La selección femenina de voleibol, capitaneada por Bethania de la Cruz, está integrada por 14 jugadoras.

El patito feo

La selección nacional masculina de voleibol tiene muy buenos jugadores. Sin embargo, mantienen una proyección muy por debajo de la femenina. El presidente de Fedovoli lo atribuye a que los muchachos no cuentan con un Cristóbal Marte que les supla todo lo que necesitan.
“Lo que hace falta es más recursos. Hasta el uniforme con que tú llevas a un atleta, eso causa un problema psicológico. Si el uniforme es malo, el tipo se mete en la cabeza ese trapo de uniforme. Si le das una buena dieta, le compras un Adidas, lo llevas uniformado completo, ya hasta el ego personal tú se lo elevas, y van con más entusiasmo a jugar”, dice Ramón Alexis García.
Mientras las muchachas viajan con US$300 de viáticos, a los chicos les dan US$100. García indica que la fiebre del baloncesto y de los millones que ganan los jugadores de béisbol “ha mermado la posibilidad de que se recluten atletas varones para el voleibol”.

Escándalos

A la Fedovoli la han salpicado los escándalos. En 2007, el alemán Hans-Peter Graf, para entonces presidente de la Comisión de Ética y Lucha contra el Dopaje del FIVB, denunció en Suiza que jugadoras dominicanas se habían inscrito en torneos con nombres falsos y documentos de hermanas menores. Acusó formalmente a Cristóbal Marte y a Ramón Alexis García como principales responsables de esa irregularidad.
Al año siguiente, el peruano Luis Moreno, vicepresidente de la Federación Mundial de Voleibol y Voleibol de Playa  WVBF (por sus siglas en inglés), retó a Marte para que le desmintiera una serie de falsificaciones e irregularidades que supuestamente comete con las chicas de la selección nacional.
Moreno dijo que conocía de al menos 30 casos en los que el equipo dominicano infringió la ley para participar de forma desleal en competencias mundiales. Citó el caso de la talentosa atleta Carmen Rosa Caso Sierra, quien supuestamente participó en un torneo de menores con la documentación de su hermana, Alexandra, a quien lleva seis años.
García reconoce que antes de 2005 esas situaciones se daban. “Aquí tenemos un paquete de casos de esa época, después de 2005 ni un caso hemos tenido. El que me hace una falsificación de acta de nacimiento  o de pasaporte yo mismo lo llevo preso”.

El costo de una transferencia

En entrenador Marcos Kwiek arenga a las jugadoras. (Fotos: Roberto Guzmán y Orlando Ramos)
En entrenador Marcos Kwiek arenga a las jugadoras. (Fotos: Roberto Guzmán y Orlando Ramos)
Para que una jugadora participe como refuerzo de un equipo extranjero necesita la aprobación de la Fedovoli y la firma del club al que pertenece. Por cada contrato la federación cobra al equipo US$10,000 y el club también recibe una comisión. Dice Ramón Alexis García que el dinero de las jugadoras no se toca, y que esa cuota debe pagarla el equipo que contrata.
“Este año hay 11 atletas que están reforzando. Son 110 mil dólares que entran a la Federación. Con ese dinero compramos dos mil pelotas todos los años y las distribuimos en el país entero y otros gastos”, explica.
Una exjugadora afirmó a La Lupa Sin Trabas que si el equipo que contrata a la voleibolista no puede pagar la cuota de la transferencia, la atleta debe asumir ese costo para poder obtener el permiso de parte de la Fedovoli.
“Hay veces que Cristóbal Marte vende un combo de tres jugadoras, cada jugadora tiene que  pagar un ‘tranfer’, pero hay veces que el equipo sólo puede pagar dos. El ´tranfer´ que falta tiene que salir de los cuartos de quien sea”, asegura.
Expresa que hay equipos que no contratan dominicanas porque consideran que tienen un costo muy elevado. Pone como ejemplo que en España hay voleibolistas de gran nivel que juegan por 3,000 euros la temporada completa. “Un ´tranfer´ de nosotras cuesta 6,000 euros. Entonces, ¿qué hacen ellos? Cogen las nativas y no contratan dominicanas. Por eso casi no están saliendo, porque con 6,000 euros tú puedes pagar dos jugadoras locales”.



Ranquin mundial de voleibol

1. Brasil
2. Estados Unidos 
3. Japón
4. Italia
5. China
6. Rusia
7. Serbia
8. República Dominicana
9. Alemania
10. Corea.
Entre el 16 y el 21 de septiembre, las dominicanas se enfrentaron en Norceca con otros ocho equipos femeninos por un puesto en la Gran Copa de Campeones FIVB, que tendrá lugar en Nagoya y Tokio, Japón, a finales de este año. El equipo local logró llegar a las finales al enfrentarse a Estados Unidos que las venció 3-1 para dejarle sólo la presea de plata.
La Federación Dominicana de Voleibol regentea los proyectos Femenino, Masculino y Playa. En cada uno se trabajan los grupos iniciación, escuela de talentos, infantil, juvenil y mayores.